Bajo el nombre de Spitz Alemán tenemos cinco razas separadas, pero que la FCI ha decidido poner en el mismo estándar con algunas diferencias entre ellas, aunque lo que más las distingue es el tamaño. Nosotros nos vamos a centrar en tres, dejando a un lado el tipo lobo y el Pomerania.
- Peso: de 2,5 a 22 kilos, dependiendo de la variedad
- Tipo de pelo: largo y liso
- Carácter: cariñoso, activo y sociable
- Salud: muy buena
- Esperanza de vida: de 12 a 14 años
Orígenes
No es ninguna novedad que los orígenes de una raza no estén bien definidos y los del Spitz Alemán no son una excepción, aunque se cree que podría descender de los perros de la Edad de Piedra.
Estos perros fueron conocidos como “spitz de las comunidades lacustres”, de manera que puede que sea la raza más antigua de lo que hoy denominamos Europa Central.
El Spitz Alemán y el resto de sus variedades como el Spitz pequeño, el mediano o el grande se califican como perros de tipo primitivo, al igual que ocurre con las que provienen de aquel can de la zona de los lagos.
La razón por la que se llaman así es porque se parecen mucho al lobo. Tienen las orejas levantadas, el hocico acaba en punta y la cola siempre va sobre el dorso. En Europa, todos los Spitz son de la raza que nos ocupa, con la excepción del Volpino Italiano.
Su popularidad en Occidente se debe a la reina Charlote, esposa de Jorge III de Inglaterra. Con ella llegaron a la corte inglesa los Spitz alemanes, haciéndose conocidos en todos los palacios.
Ahora mismo, fuera de Alemania no son muy famosos, a excepción de la raza más pequeña, llamada Pomerania o Spitz Enano, pues se ha convertido en un animal de compañía muy apreciado.
Características principales
Las características de estos perros, bien sea el Spitz mediano, el Spitz grande o el perro alemán pequeño, que en este caso sería el Spitz pequeño, son las mismas en todos los casos. Solo varía su tamaño y también los colores disponibles o su disposición.
Una de sus partes más características es la cabeza, pues estos perros parecen zorros. El stop (la zona que une el cráneo a la nariz) es marcado y la nariz es redonda, muy pequeña.
Sus ojos son medianos, oblicuos y oscuros. En cuanto a las orejas, las lleva erguidas, puestas muy arriba y son triangulares como las de otras razas primitivas, por ejemplo, el Shiba Inu.
Si lo miramos de perfil veremos que es cuadrado, con un lomo corto y muy fuerte. El pecho es profundo y bien musculado, mientras que la cola va enrollada sobre la espalda y está cubierta por mucho pelo, siendo otro de sus signos de identidad,
Posee un manto con dos capas. La interior es densa, corta y se parece mucho a la lana. La de fuera posee un pelo más largo y separado.
Los colores que se aceptan no son los mismos en todas las variedades:
- Spitz grande: puede ser negro, blanco o pardo.
- Spitz mediano: se aceptan los mismos colores más el negro con fuego, el anaranjado, el grisáceo, el crema o el crema sable.
- Spitz pequeño: tiene los mismos tonos que el mediano.
En cuanto a la altura a la cruz, la variedad pequeña mide alrededor de 26 cm; esos cm suben a los 34 en el Spitz mediano y llegan a los 46 en el grande.
Carácter del Spitz Alemán
El temperamento de las tres variedades o tamaños es muy parecido. Se trata de perros alegres, muy apegados a sus familias y a la vez reservados con los extraños, bastante ladradores.
Eso nos puede venir bien si vivimos en el campo, pues aunque no protegen sí que nos ponen sobre aviso cuando ven algo raro. Sin embargo, si vamos a vivir con el Spitz Alemán en la ciudad, hay que tener esto muy en cuenta.
Con los perros del mismo sexo tienden a ser problemáticos, lo cual no sucede con las mascotas de la casa, a las cuales el Spitz Alemán considera su familia.
Hay que trabajar con el fin de que toleren a los perros fuera, incidiendo en la socialización desde que son muy cachorros.
Si tenemos niños pequeños en casa es mejor buscar otra raza, pues no aguantan los malos tratos a los que los someten los de más corta edad. De hecho, suelen reaccionar mal ante esta situación, llegando a morder si sienten que son maltratados.
Otra cosa es que hablemos de niños ya más mayores, que superan los 10 años. En este caso, se convertirán en compañeros de juego inseparables.
Cuidados
El pelo es lo que más trabajo nos va a dar, en especial en el Spitz grande, que es el que tiene un manto mayor.
De hecho, se recomienda peinarlo todos los días con el fin de que no se produzcan enredos. En la época de la muda conviene hacerlo hasta dos veces en el mismo día, pues de lo contrario la casa se llenará de pelos.
Se adaptan muy bien a la vida en los pisos, sobre todo el Spitz pequeño. Para el Spitz Alemán mediano y grande es mejor contar con un jardín, aunque no sea de grandes dimensiones.
Nos van a pedir pasear, más las dos variedades de más tamaño y todos, con independencia de su alzada, tienen un problema con el calor. Por la manta de lana que poseen como subpelo, el calor no es lo mejor para ellos.
Esto lo vamos a tener muy en cuenta, pues si vivimos en una zona con veranos muy calurosos es posible que no sea la mejor raza en nuestro caso.
Alimentación
Sus necesidades de alimentación difieren bastante y van acorde con el tamaño del Spitz Alemán que tengamos en casa.
Si nos decidimos por el pequeño hay que comprar un pienso específico para razas mini. La razón es que los piensos “normales” tienen una croqueta demasiado grande y dura para la boca de los perros mini, no digamos ya si son cachorros.
El mediano y el grande podrán comer piensos específicos, aunque estos no van a tener problemas a la hora de romper cualquier tipo de croqueta.
Adquiriremos un pienso premium, con una buena composición en la que la parte principal sea la carne y no los subproductos. Aquí, es posible que en el caso del Spitz pequeño haya que probar varias marcas hasta dar con la idónea.
Por su pelo, convendría darle algún suplemento. Si vemos que con la comida para perros su manto no brilla, podemos añadirle un chorro de aceite de oliva a su alimento varias veces por semana.
Otra opción es buscar una marca que suplemente su fórmula con aceites o incluso pasar a uno de esos piensos que se hacen solo de pescado, pues tendrán un alto contenido de ácidos grasos.
Salud del Spitz Alemán
La salud del Spitz Alemán es muy buena y eso no es casualidad. Esto proviene del mismo momento en el que se redactó el estándar, pues no se plasmó en él ningún rasgo exagerado, como si pasa con otras razas.
De hecho, parecen zorros, un aspecto en el cual ha primado la funcionalidad sobre la estética.
Sí que hay algunos problemas, pero no propios de la raza, sino de ese tipo que puede sufrir cualquier perro, incluso los mestizos.
Uno de ellos es la luxación de rótula, una enfermedad que se nombra en casi todas las razas. Es más común en el Spitz miniatura, aunque se puede dar en el mediano y en el grande.
La boca ocasiona problemas en el Spitz pequeño
De todos, quizá el más delicado es el Spitz pequeño. De hecho, su boca puede ser una fuente de problemas, comenzando con los dientes retenidos cuando los empiezan a mudar.
Otra enfermedad tiene que ver con la pérdida temprana de piezas dentales. Esto les ocurre a las razas pequeñas, aunque se puede conseguir que los dientes duren más con limpiezas periódicas en el veterinario.
No son ajenos a la displasia de cadera
Parece una maldición de todas las razas medianas y grandes, por lo que el Spitz Alemán de estos tamaños también puede sufrir displasia de cadera.
Es cierto que por su morfología las posibilidades son menores que las que tienen otras razas, como por ejemplo el Pastor Alemán, pero siempre tenemos ahí ese riesgo.
La mejor manera de evitarlo es pedir pruebas de los padres cuando compramos un ejemplar. Ambos deben estar libres de displasia y si es posible pediremos los certificados de los abuelos también.
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