La razón por la cual un perro pueda tomar o no tomar demasiada agua es la misma que se aplica para nosotros, los seres humanos. No importa la raza, el tamaño o la edad, si consideras que tu perrito está tomando demasiada agua, es por el simple hecho de que su cuerpo se la está pidiendo.
Tengamos en cuenta que esto no significa necesariamente que esté bien, existe una medida preestablecida de cuánta agua deberían tomar nuestros cachorros. Nuestros perros pueden comenzar con este comportamiento por un sinfín de razones, no todas ellas son necesariamente malas, pero cuando los motivos van sujetos a una condición médica, debemos tener cuidado y comenzar a tratarlo tan pronto como nos sea posible.
¿Por qué mi perro está tan sediento?
La piel de los perros no es nada parecida a la de los humanos, no poseen las glándulas que a nosotros nos permiten sudar. En cambio, ellos solo pueden sudar a través de su nariz y a través de las almohadillas de sus patas. No obstante, las almohadillas de las patas y la nariz no son suficientes para reducir la temperatura corporal en un día particularmente caluroso.
Es por ello que se ayudan mediante la evaporación, no es raro que en días anormalmente más cálidos podemos ver a nuestras mascotas más agitadas, jadeantes y con la respiración acelerada.
Dado que no poseen glándulas sudoríparas en su cuerpo, y las patas y la nariz no son suficientes para sudar todo el calor, el perro lo compensa al expulsar toda esa humedad por la boca, todo ese calor se va condensando desde los pulmones y es expulsado por la boca a modo de evaporación. Es así como los perros normalmente eliminan el calor de sus cuerpos.
Al no poder deshacerse del calor de otra forma es habitual que los perros, luego de completar todo ese proceso para bajar su temperatura corporal, tomen considerables cantidades de agua. ¿Cómo podemos saber cuánta agua es saludable para nuestras mascotas? ¿Cómo saber cuando han tomado demasiada y qué consecuencias podría tener esto para su salud?
¿Cómo saber cuánta agua deben tomar los perros?
Normalmente cuando tomamos agua lo hacemos con el afán de calmar nuestra sed, pero cuando se toma agua una y otra y otra vez, sin encontrarse en ningún momento la saciedad, existe un nombre que podemos dar a ello: se llama polidipsia. Y esto ocurre cuando no importa por qué, no podemos dejar de tomar agua, parece que la sed no se va nunca, y esta sed parece venir de ningún lugar.
Los perros no están exentos de sufrir polidipsia, y lo peor es que puede estar causado por un sinfín de razones, muchas de ellas no son muy alentadoras.
Una de las razones más preocupantes por las cuales tu perro podría desarrollar esta condición es por daño en los riñones, en el hígado, alguna infección o por la ingesta de algún medicamento que aumente su sed.
Si consideras que tu mascota está consumiendo demasiada agua, lo más recomendable es que lo lleves a su veterinario, ya que este podrá determinar si esta conducta es ocasionada por alguna condición más grave o si simplemente tu perro es muy sediento.
Si tu perro está tomando una excesiva cantidad de agua, por algún motivo u otro, solo significa que su organismo se lo está pidiendo, por lo cual restringirle el uso de agua nunca será una buena opción. Como comentamos al principio, los perros sudan en su mayoría por la evaporación, implicando esto que al jadear constantemente se sentirán más sedientos.
Si restringimos su acceso al agua podría llevarlos a un estado de deshidratación y las cosas podrían empeorar. Sin apresurarnos a tomar cualquier decisión, lo mejor y más recomendable es consultar con el médico de tu mascota.
¿Cómo podemos solucionarlo?
No podemos hacer demasiado por nuestra cuenta, el mejor consejo que podemos darte es que visites a su veterinario, este será quien decida si el perro está tomando o no demasiada agua y podrá darnos opciones para su tratamiento. Lo usual es que nuestra mascota consuma de 20 a 70 ml por cada kilo, siendo común que los perros más grandes necesiten más agua.
Es importante que llevemos una cuenta de cuánta agua están tomando nuestras mascotas, y esto varía dependiendo de cada perro. Los que comen comida húmeda suelen necesitar menos agua, en tanto los perros que llevan una dieta seca o salada necesitarán una cantidad de agua más elevada. Con frecuencia estos son los perros que entierran su cabeza en el tazón y no la sacan hasta haber tomado toda el agua.
Una vez consultado con el veterinario, este podrá indicarnos la cantidad recomendada específicamente para nuestra mascota y de esta forma nosotros podremos poner en marcha un plan para reducir el consumo de agua en nuestro cachorro.
- Una de las opciones sería, en vez de colocar un bol grande para el agua que damos a nuestro perro, colocar una taza más pequeña, o el mismo bol pero con menos cantidad de agua, y rellenarlo varias veces al día de modo que el perro no supere el consumo debido.
- También podemos variar su dieta, si tu perro normalmente lleva una dieta seca y baja en líquidos, puedes comenzar con comida húmeda, a la larga la cantidad de agua que necesitará será menos.
- Reducir los alimentos altos en sodio. Estos además de ser dañinos, pueden causar que nuestro perro sienta la necesidad de tomar agua.
Siempre debemos estar pendientes de nuestro perro, de su salud y de las señales que nos da. Si consideras que tu mascota está tomando demasiada agua, el camino más sencillo para determinar si es bueno o malo es pidiendo una cita con tu veterinario de confianza, él podrá guiarnos y decirnos qué medidas debemos tomar para ayudarlo a mejorar este comportamiento.
Si quieres saber más sobre la prevención de la salud canina, puedes consultar también:
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