Leishmaniasis es el término médico utilizado para describir a la enfermedad ocasionada por el parásito protozoario conocido como Leishmania. En perros, es una condición que puede llegar a ser mortal.
También conocida como leishmaniosis, se presenta en dos formas distintas: la leishmaniasis cutánea y la leishmaniasis visceral. Diferentes especies del parásito están asociadas a cada forma del virus. Se cree que hay alrededor de 20 tipos de Leishmania que pueden transmitir la enfermedad a los distintos mamíferos, incluyendo los humanos.
Transmisión de la enfermedad leishmaniasis
La Leishmania es un parásito difásico que completa su ciclo de vida en dos huéspedes: una mosca de arena que alberga la forma de promastigoto extracelular flagelado y un mamífero en el que se desarrolla la forma del parásito amastigótico intracelular.
Es decir, el parásito se encuentra inactivo mientras se encuentra en su primer huésped: la mosca de arena o flebotomo. Una vez el parásito tiene contacto con el siguiente huésped, un mamífero, se desarrolla y se reproduce volviéndose letal.
La transmisión es un proceso complejo que requiere una adaptación especial entre el huésped de la mosca de la arena y la especie particular de Leishmania transmitida. Existen numerosas especies de moscas de arena, de las cuales solo una minoría puede actuar como portadores competentes del parásito.
El período de incubación de la infección hasta la visualización de los síntomas va desde un mes a muchísimos años. Algunos perros pueden estar infectados con el parásito de la leishmaniosis por un extenso período de tiempo y no mostrar ningún síntoma de la enfermedad.
En perros asintomáticos, el parásito puede permanecer inactivo por algún tiempo, incluso por años, antes de que un estimulante externo como podría ser el estrés o alguna enfermedad, active al parásito ocasionando que se multiplique y ataque al cuerpo donde se aloja.
Eventualmente el perro podría desarrollar una infección cutánea o una reacción visceral. No obstante, en ambos casos sintomático y asintomático, los huéspedes son capaces de infectar a la mosca de arena que posteriormente infectaría a otros animales.
Síntomas y tipos de leishmaniosis
Cada uno de los tipos de leishmaniasis en perros, visceral o cutánea, presenta distintas características, a continuación los síntomas más comunes en casos de leishmaniasis:
Leishmaniasis visceral. A veces se le menciona como leishmaniasis sistemática. Comúnmente ocurre de dos a ocho meses después de la picadura del flebotomo. Daña principalmente los órganos internos, tales como el bazo, los riñones o el hígado. Perjudica también al sistema inmunológico del animal y la médula espinal. Si no es tratada, este tipo de leishmaniasis puede ser fatal.
Principales síntomas de la leishmaniasis visceral:
- Pérdida del apetito.
- Severa pérdida de peso como consecuencia de la falta de apetito.
- Diarrea.
- Heces alquitranadas.
- Vómito.
- Sangrado de nariz.
- Intolerancia al movimiento.
Leishmaniasis cutánea. Esta puede ocasionar úlceras en la piel del perro, es la forma más común de la enfermedad. A veces no es necesario el tratamiento, sin embargo, es conveniente para agilizar el proceso de cicatrización y prevenir complicaciones.
Principales síntomas de la infección de leishmaniasis cutánea:
- Hiperqueratosis es el síntoma más común. Descamación epidérmica con engrosamiento de la piel, despigmentación (pérdida de color en la piel) y grietas en las almohadillas de las patas, en algunos casos puede mostrarse un crecimiento anormal en las pezuñas del canino.
- Alopecia, pelo seco y quebradizo con pérdida simétrica del cabello.
- Nódulos en la superficie de la piel.
- Nódulos intradérmicos y úlceras.
- Uñas quebradizas son normales en algunos casos.
Otros síntomas asociados a la leishmaniasis:
- Linfadenopatía: enfermedad de los ganglios linfáticos con lesiones cutáneas en el 90 por ciento de los casos.
- Adelgazamiento.
- Señales de fallo renal: micción excesiva, sed excesiva y posibles vómitos.
- Dolor de articulaciones.
- Inflamación de los músculos.
- Bazo inflamado en acerca de un tercio de los pacientes.
Causas de leishmaniosis
Las mascotas, e incluso los humanos, pueden quedar expuestos al virus al viajar a regiones endémicas, zonas donde es más común encontrar a la mosca de la arena, siendo esta la forma más común de contraer la enfermedad.
El parásito vive y se multiplica dentro de la hembra de las moscas de arena, este insecto es más activo en ambientes húmedos durante los meses más calientes del año. Los animales domésticos, como los perros, pueden servir de recipientes para el parásito.
La leishmania es un parásito que afecta a roedores, carnívoros, marsupiales, perros y humanos. La enfermedad toma mayor gravedad cuando el huésped es de raza humana o en perros, se caracteriza con lesiones cutáneas o deteriorando los órganos internos, sobre todo los de la zona abdominal.
¿En qué lugares está más frecuente encontrar leishmaniasis?
Geográficamente esta enfermedad es encontrada en cualquier lugar del mundo, excepto Australia y la Antártica, aun así, el 95 por ciento de los casos ocurre en los siguientes lugares:
- América
- Asia Central
- La cuenca del Mediterráneo
- El Medio Oriente
En 2015 cerca del 90 por ciento de los casos sucedieron en los siguientes países:
- Brasil
- Etiopía
- India
- Kenia
- Somalia
- Sudán
Portugal y España son de los lugares más comunes para encontrar este parásito. Sin embargo, ha habido casos esporádicos en Suiza, el norte de Francia y los Países Bajos. También zonas endémicas de sur y centro América, y el sur de México.
Diagnóstico de la infección por leishmaniasis
Es importante tener en cuenta los lugares que fueron visitados, de esta forma el veterinario sabrá qué buscar a la hora de realizar exámenes físicos o sanguíneos, también será más fácil a la hora de descartar posibles enfermedades.
Diagnóstico de leishmaniasis cutánea
El veterinario deberá tomar una pequeña muestra de la piel para realizar una biopsia al tejido, esta se toma raspando la superficie de la úlcera. Normalmente se busca el ADN o material genético del parásito, existen variedades de métodos para identificar qué tipo de parásito es. Una vez diagnosticado e iniciado el tratamiento el perro tiene grandes posibilidades de sobrevivir con pocos o sin ningún efecto secundario.
Diagnóstico leishmaniasis visceral
A los humanos les es difícil recordar en qué momento fueron picados por algún mosquito, se dificulta incluso más cuando el afectado es un perro, esto puede hacer difícil la detección temprana de la infección. Saber a qué estuvo expuesta la mascota puede ser de mucha ayuda. Al sospecharse la presencia de la infección por leishmaniosis visceral, el doctor deberá examinar los órganos internos en busca de lesiones o inflamación, prestando más atención a los riñones, hígado y bazo, pues estos son los principales órganos afectados en la mayoría de los casos.
Complicaciones de la leishmaniosis
La leishmaniasis cutánea puede incluir:
- Sangrado.
- Otras infecciones debido a la debilidad del sistema inmunológico.
- A largo plazo las cicatrices de las úlceras pueden derivar en desfiguramiento, el tratamiento puede reducir su gravedad.
En tanto, la leishmaniosis visceral suele tener efectos fatales ya que debilita tanto los órganos internos como el sistema inmune. La leishmaniosis visceral resulta fatal debido a su silencioso esparcimiento en el organismo, después de dos años, si no es tratada apropiadamente, resulta irreparable.
Tratamiento contra la leishmaniosis
En cuanto al tratamiento para combatir la leishmaniosis, este consiste principalmente en dos fármacos:
- El antimoniato de meglumina, un antiprotozoario cuyo efecto es inhibir las enzimas glicolíticas del parásito
- El allopurinol, cuyo fin es reducir la producción de ácido úrico en el cuerpo.
La mejor forma de administrar el antimoniato de meglumina es hacerlo en dos dosis diarias de 50 mg/kg o una vez al día con una dosis de 100 mg/kg. El tratamiento abitualmente se alarga unas 4 semanas, sin embargo, si los síntomas no desaparecen por completo, el tratamiento puede prolongarse por un par de semanas más.
En cuanto al allopurinol, el tratamiento podría abarcar de los seis a los doses meses, se administran 10 mg/kg dos veces al día.
Una dieta equilibrada puede ser prescrita por el veterinario, sin embargo, esta puede variar dependiendo del animal. Una dieta rica en antioxidantes y proteínas con bajo contenido en ácido úrico es lo más recomendado para que el can pueda recuperar su fuerza física, masa muscular y capacidades motoras.
Leishmaniasis cutánea
Las úlceras formadas por la leishmaniasis usualmente no requieren ningún tratamiento, estas sanan solas. Igualmente, el tratamiento puede ayudar a acelerar la cicatrización y reduce el riesgo de complicaciones, asimismo, las úlceras pueden causar desfiguramiento en el huésped de la infección, dependiendo de su gravedad, estas lesiones podrían requerir cirugía plástica.
Leishmaniasis visceral
La leishmaniasis visceral siempre requerirá tratamiento. Varios medicamentos están disponibles. Los medicamentos comúnmente usados incluyen estibogluconato de sodio, anfotericina B, paromomicina y miltefosina.
¿Cómo podemos prevenir la leishmaniasis?
No existe una vacuna o una medicina que ayude a prevenir el contacto con el parásito de la Leishmania. La forma más segura de no contraer esta infección es evitar la picadura de la mosca de la arena.
Algunas de las medidas preventivas que pueden tomarse son:
- Los perros deben someterse periódicamente a controles clínicos y de laboratorio para detectar tempranamente la infección.
- Cada perro (sano, infectado o enfermo) debe estar protegido con piretroides (los cuales contienen las pipetas antiparasitarias) para reducir el contacto con las moscas de la arena.
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