Los perros son animales carnívoros y por esa razón su sistema digestivo se encuentra preparado para recibir y procesar altas cantidades de proteína, la cual cumple múltiples funciones dentro de su organismo. Para entender la importancia que tienen las proteínas en la vida de nuestras mascotas es necesario conocer para qué sirven y por qué el organismo las necesita para su correcto funcionamiento.
Dentro del organismo animal, las proteínas cumplen funciones básicas que se pueden clasificar en dos tipos:
- Estructural: son aquellas proteínas que constituyen los tejidos óseos y musculares así como el pelo y las uñas.
- Metabólica: son aquellas proteínas que tienen participación activa en la fisiología del organismo. En este grupo se incluyen las enzimas y las hormonas que sirven como catalizadores del proceso metabólico.
Las proteínas cumplen funciones vitales dentro del organismo. Se trata de componentes estructurales que se encuentran presentes en tendones, uñas, ligamentos, piel y pelo, además de esto intervienen de forma directa en el mantenimiento de la masa muscular durante todas las etapas de la vida canina.
Se consideran proteínas todas aquellas sustancias que tienen participación directa en los procesos metabólicos básicos. Existen hormonas que son proteicas y que cumplen funciones de transporte, por ejemplo la hemoglobina. De hecho, el mismo sistema inmunológico se encuentra compuesto de proteínas ya que los anticuerpos, que son los responsables de que el organismo se defienda de las enfermedades, son también moléculas proteicas.
En los cachorros, las proteínas permiten que se creen y formen los tejidos y músculos, por lo tanto, una buena cantidad de proteínas hará que el cachorro crezca correctamente, con salud y fuerza.
En perros adultos, las proteínas sirven para el mantenimiento de la masa muscular, el pelo, la piel, los huesos y mantener el correcto funcionamiento de los sistemas vitales. A medida que los perros envejecen su necesidad proteica desciende, pero sigue siendo igualmente necesaria.
Los perros reciben la cantidad necesaria de proteínas que requieren directamente de los alimentos que consumen, por tal razón la alimentación debe ser adecuada en base a piensos formulados para cubrir las necesidades nutricionales correspondientes con la etapa de vida en la que se encuentre el perro, así como su tamaño, raza y estado de salud general.
En contraste, cuando alimentamos a nuestra mascota de manera inadecuada podemos provocarle deficiencias vitamínicas y de proteínas lo cual afecta directamente la calidad de vida del perro y acelera el proceso de envejecimiento y la posibilidad de que aparezcan enfermedades degenerativas como osteoporosis.
Importancia de las proteínas provenientes de la dieta canina
Las proteínas que suministramos a nuestras mascotas por medio de la alimentación son de vital importancia, pues tienen la capacidad de proporcionarles la cantidad de aminoácidos esenciales que necesitan para realizar la síntesis de nuevas proteínas que les servirán para reparar sus tejidos y mantener la masa muscular en estado óptimo.
La calidad de las proteínas que el perro requiere dependerá directamente de la digestibilidad de las mismas. Las que son digestibles son las que contienen aminoácidos esenciales que cubren los requerimientos del animal mientras que las de baja calidad son difíciles de digerir y poseen déficit de aminoácidos, así que necesitamos de las primeras y eso lo conseguimos solamente en alimentos de calidad Premium.
Las proteínas no se acumulan dentro del organismo animal, sencillamente el cuerpo se encarga de transportarla a los tejidos corporales que la requieren y es utilizada por los mismos, de ahí que sea importante la biodisponibilidad y el valor de las proteínas que aportamos a nuestras mascotas, ya que de eso depende la buena salud y la calidad de vida que ellas tengan.
Cuando el perro ingiere proteínas en exceso, su cuerpo se va a deshacer de ellas por medio de la orina. En caso de que el exceso de proteína se prolongue por mucho tiempo, comenzará a almacenarse en forma de grasa. Entonces, si se alimenta al perro con poca proteína el animal mostrará síntomas como debilidad, pérdida de peso y su pelaje se volverá áspero y opaco.
Encontrar el balance proteico adecuado
La proteína la podemos encontrar en carnes, productos lácteos y huevos e incluso se puede encontrar en algunos vegetales, granos y legumbres. El cuerpo de los perros no tiene la capacidad de almacenar las proteínas como sí ocurre con la grasa y otros nutrientes, es por esa razón que la proteína tiene que ser entregada a diario en su dieta y dependiendo de la raza, la edad y la condición de salud y el tipo de actividades que realice tendrá una necesidad propia que completar.
Por ejemplo, los animales que a diario tienen un trabajo pesado como los perros guía, de caza y perros de rescate, todos ellos se encuentran en actividad y desgaste constante, por tanto requieren mucha mayor cantidad de proteínas que un perro que lleva una vida un tanto más sedentaria. Por lo tanto, lo adecuado será que los perros que realizan actividades demandantes se los alimente con piensos de buen contenido energético y proteico.
Lo mismo ocurre con perras en estado de gestación y en periodo de lactancia, que van a requerir un aporte nutricional y proteico superior para satisfacer las necesidades de su cuerpo, al igual que sucede con perros que se encuentran heridos, enfermos o en proceso de recuperación o convalecencia, que requieren de mayor cantidad de proteínas para recuperarse satisfactoriamente.
Ahora que ya hemos aprendido la importancia de que nuestra mascota recibe un buen aporte proteico en su dieta, necesitamos aprender a elegir el alimento adecuado y para esto necesitamos fijarnos en la tabla nutricional que los sacos de piensos poseen en su parte posterior. Allí se muestra el porcentaje de vitaminas, minerales y proteínas que el perro estará ingiriendo con cada ración de comida y dependiendo de los ingredientes involucrados en la elaboración del alimento, podremos determinar la calidad de la proteína que le estamos dando de comer a nuestra mascota. Son preferibles fuentes proteicas como pollo, carne de res, buey, cordero y pescado y en concentración superior al 20%.
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