La comida para gatos, al igual que pasa con la comida para perros, lleva muchos añadidos que ayudan poco a su salud. Para comprobarlo, os animamos a que cojáis una bolsa del pienso que le estáis dando a vuestro gato ahora mismo, a que le deis la vuelta y a que leáis los ingredientes.
Entre ellos encontraremos muchos como los colorantes, saborizantes, etc., unos componentes que suelen crear problemas y que no deberían estar ahí, pues no aportan nada a su alimentación.
Si notamos que a nuestro gato no le sienta demasiado bien la comida o queremos mejorar su alimentación, podemos comprar un pienso natural para gatos.
Este tipo de piensos prescinde de todo tipo de aditivos artificiales o al menos los reduce a su mínima expresión, algo que podemos ver en la lista de los ingredientes.
El pienso natural para gatos siempre suele ser de gama alta, lo que hace que lleve una mejor fuente de proteínas y que sean de calidad, evitando los subproductos como los picos de las aves y sus plumas que sí que se usan para los piensos muy baratos.
Uno de los primeros beneficios que notamos con el pienso natural para gatos es un aumento de la digestibilidad. Eso se ve, aunque es un poco desagradable, en las heces del animal, que son menos frecuentes, más pequeñas y compactas.
Por decirlo de una manera sencilla, el gato “aprovecha” mejor este pienso que no lleva añadidos superfluos, lo que hace que el animal no tenga que expulsarlos y de ahí que las heces sean más pequeñas.
A su vez, un pienso sin añadidos artificiales recude mucho el riesgo de intolerancias alimentarias, las cuales se suelen presentar en forma de diarreas frecuentes y flatulencias que hacen que la convivencia con nuestro gato no sea agradable.
En definitiva, el pienso para gatos natural mejora mucho el funcionamiento de su sistema gastrointestinal, que no tiene que lidiar con elementos extraños, lo que redunda en una mejor salud y en una vida con más calidad y más larga.