Quizás tengas dudas sobre cómo bañar a tu perro, pues nunca has tenido esta experiencia y tampoco estás seguro de cómo va a reaccionar. Lo primero que tienes que saber es que los perros no se deben bañar con mucha frecuencia, y todo dependerá de varios factores entre los que están la raza del perro, el pelaje, las condiciones en las que vive y la actividad que realice durante el día.
Lo mejor es prestar atención al olor que despiden, la forma en la que se encuentra el pelaje: si está enredado, pegajoso o sucio. En general, observa bien el estado de su piel, de manera que si tiene alguna irritación o erupción será mejor atender esa afección con la ayuda del veterinario, y una vez superado el problema, asumir la rutina del baño. Puedes elegir llevarlo a un sitio de asistencia canina donde los bañan, les cortan el pelo y las uñas. Sin embargo, esta opción tiene la desventaja de que tu perro se sentirá estresado al ser tocado por una persona extraña y, si no prestas atención ni pides muchas referencias, es posible que le apliquen productos que afecten la salud de su piel. La opción de bañarlos en casa tiene la ventaja de que tú escoges los productos que le vas a aplicar, tú controlas su actitud y lo tranquilizas de la manera que acostumbras para que tenga confianza y tranquilidad.
Muéstrale cariño y asocia el baño con actividades agradables
Hay perros que disfrutan el baño, pero hay otros que con solo ver un movimiento que incluya agua y champú se ponen nerviosos, asustadizos y se esconden. Qué puedes hacer para evitar esto:
- Antes de bañar a tu perro hazle caricias y masajes en todo su cuerpo, háblale mirándolo a los ojos y diciéndole que lo vas a bañar, que debe estar tranquilo y relajado. Si se inquieta, espera un poco a que se calme y luego lo abordas de manera serena.
- Ten en cuenta que bañar a un perro, por pequeño que sea, requiere de tiempo y dedicación, pues hacerlo de manera rápida y atropellada solo logrará que el animal se estrese y huya cada vez que quieras bañarlo.
- Usa ropa cómoda y ten a mano los productos y accesorios que vas a usar, para lo cual te recomendamos: un cubo con agua, una jarrita para echarle el agua o, en su defecto, una manguera de presión moderada; también una esponja suave, un champú especial para su condición, raza, pelaje, etc., una toalla limpia, unos algodones para proteger sus oídos y, si lo prefieres, un secador de pelo.
Si tu perro es de raza pequeña, puedes bañarlo en el lavabo, si es grande, lo mejor es hacerlo en la bañera o en el patio de la casa, siempre y cuando no haga mucho frío para evitar que pesque un resfriado.
Si tu perro tiene un pelaje grueso, abundante y largo, desenrédalo y péinalo bien antes de mojarlo, así evitarás que los nudos que tenga se vuelvan imposibles de desenredar y compliquen el baño. De paso, le podrás dar caricias y tranquilidad para hacerle el baño menos traumático.
Recomendaciones
- Debes usar agua a una temperatura entre templada y cálida y, si vas a utilizar una manguera, trata de que no tenga mucha presión para que no le salpique la cara ni le entre agua en las orejas o se asuste con el impacto del agua en su cuerpo.
- Cuando empieces a bañar a tu perro, una vez hayas tapado sus oídos con unos apósitos de algodón, procura hacerlo de abajo hacia arriba, es decir, primero moja sus patas y luego sube por las extremidades hasta mojar el lomo y el resto de su cuerpo. Nunca le laves la cara, ni con manguera ni con la jarra con la que lo bañes.
- La cara de los perros debe limpiarse con una toalla suave y húmeda.
- Distribuye el champú a lo largo del lomo y luego con tus manos extiende el producto produciendo espuma suficiente. Estos masajes te ayudarán a detectar alguna inflamación o irritación de la piel, incluso podrás descubrir si tiene pulgas o garrapatas en su cuerpo.
- El masaje debe ser sutil y así evitarás que, en caso de que tenga pulgas, estas caminen hacia las zonas secas, como las orejas y la cara.
- Recuerda que debes bañarlo desde el cuello hasta la cola. No mojes la cara ni las orejas y, cuando enjabones la zona de la barriga y las almohadillas de las patas, hazlo con una esponja suave, pues estas zonas son muy sensibles y puedes causarles daño si usas tus uñas para frotarlas.
- Una vez bien frotado, retira el producto con abundante agua evitando la presión de la manguera. Procura hacerlo sutilmente repitiendo los movimientos y masajes en todo el cuerpo, y en las patas una por una. Con paciencia, no dejes de frotarlo ni de echarle agua hasta que esta salga completamente limpia.
Sé paciente y mantén la calma
Al terminar, cúbrelo enseguida con una toalla limpia y seca. Si queda mucho tiempo mojado expuesto al ambiente, puede resfriarse, y si queda húmedo puede coger una infección de orina. Los perros tienden a sacudirse cuando se sienten mojados, así que aléjate un poco porque seguramente te va a salpicar.
Si prefieres, usa un secador de pelo a temperatura baja, y así el secado será más eficiente y uniforme. Si lo secas con toalla, no lo frotes de manera desordenada ni circular, hazlo en dirección al crecimiento del pelo para evitar que se enrede el pelaje. Dale toquecitos suaves sobre la toalla, abrázalo y abrígalo bien, especialmente si es un cachorro. Termina de secarlo bien con el secador de pelo. Retira los algodones de las orejas y trata de limpiar bien los orificios y las orejas completamente con un bastoncillo de algodón, sin hundirlo demasiado, pues podrías romperle el tímpano.
Observa bien lo que salga con el hisopo y límpialo cuanto sea necesario hasta que el bastoncillo salga limpio y seco. Luego cepilla bien el pelaje, ya que al bañarlo y secarlo el perro suelta mucho pelo. Esto es bueno hacerlo para evitar que vaya dejando pelos por donde pasa. Si es preciso, sácalo de paseo para que el viento ayude a soltar el pelo que haya quedado desprendido. Limpia su cara con una toalla húmeda.
Cuando lo hagas, háblale y míralo a los ojos. Él sentirá que tiene tu cariño. Para terminar, dale una galleta o un dulce como premio por haber soportado la rutina de forma ejemplar.