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Akita Americano – Una raza de perro muy territorial

Akita Americano

¿Sabes cual es el mejor alimento para la
salud de tu perro según los especialistas?

Tabla de contenidos

El Akita Americano, al que ahora se le conoce como Akita, tiene el mismo origen que el japonés, pero ha ido evolucionando de manera distinta al Akita Inu “original”, dando lugar a dos razas diferentes.

  • Peso: de 32 a 59 kg
  • Tipo de pelo: de doble capa protegiéndolo del frío
  • Carácter: inteligente, equilibrado y muy fiel
  • Salud: muy buena, con algunas enfermedades genéticas
  • Esperanza de vida: entre 12 y 14 años

Orígenes

Es común al del Akita Inu y ya tenemos noticias de ellos en el siglo XVII. Su nombre proviene de la ciudad de Akita, que era la capital de la isla de Honshu.

Allí se desarrollaron los Matagi Akitas, que se empleaban sobre todo en las peleas de perros y también en la caza de grandes animales, como los ciervos o los osos.

Dando un salto en el tiempo nos vamos hasta la segunda mitad del siglo XIX, cuando la raza sufrió un cambio al mezclarse con otras como el Pastor Alemán o el Tosa Inu, todo con la idea de que el tamaño de estos animales creciera.

Avanzamos más y así llegamos a la Segunda Guerra Mundial, la cual fue un desastre para los akitas, al igual que pasó con otras muchas razas. Aquí, se sumó la política de matar a todos los perros con el fin de usar su piel para confeccionar ropa militar.

Solo se libraron los pastores alemanes, ya que estos eran empleados por los militares. Eso hizo que algunos aficionados trataran de salvar la raza mezclándola con pastores alemanes, intentando así que no sacrificaran a sus perros.

Orígenes del Akita Americano

Al final de la II Guerra Mundial había varios tipos de akitas

Con el fin de la II Guerra Mundial el estado de la raza era desastroso y se puede decir que había tres tipos o líneas: los Matagi Akitas, los akitas de pelea y los que estaban mezclados con los pastores alemanes.

Los aficionados trataron de restaurar la raza y esto se hizo a través de la línea de sangre conocida como “Dewa”. Esta línea Dewa era popular y fue la que aterrizó en los Estados Unidos con los militares que volvían del Japón ocupado al terminar la guerra.

En la apariencia de esta línea había mucho de los mastines y de los pastores alemanes, siguiendo su desarrollo en los criaderos de los Estados Unidos. A la par, en 1950 en Japón comienzan a trabajar con el fin de recuperar el antiguo Akita Inu, que será el que da lugar a la línea japonesa.

De esta manera, se crean las dos ramas. La americana suele tener una máscara negra y se asemeja a un perro de defensa, mientras que la japonesa es una raza más amable y tiene una máscara blanca.

La diferenciación total entre ambas líneas se dio en 2006, cuando la Federación Cinológica Internacional (FCI), reconoció a la línea americana como Akita Americano y lo coloca en el grupo V.

Características principales

Una de sus características principales está en su aspecto, el cual es imponente. De hecho, en España ha estado incluido entre las razas PPP por su fuerza más que por su carácter, una ley que ya se ha derogado por suerte para los amantes de la raza.

Nada más verlo nos damos cuenta de que estamos ante un perro sólido, con un esqueleto fuerte y unas proporciones muy equilibradas en las que prima la funcionalidad, algo natural si consideramos sus orígenes.

Su pelaje es de doble capa, lo cual lo hace ideal para las zonas frías, puesto que resiste las bajas temperaturas sin problemas.

Llama la atención la cola, que siempre va enroscada sobre el lomo, con una tonalidad que a veces es diferente a la que domina en el manto, creando un buen contraste.

El Akita Americano puede tener varias tonalidades en su pelo, como el gris, pinto, blanco o gris, con mezcla de estos colores, en especial el blanco.

Otra de las peculiaridades de la raza está en su cabeza y en sus orejas. La cabeza forma un triángulo, con ojos muy pequeños. Las orejas también son triangulares y las lleva levantadas.

Puede llegar a los 71 cm de altura, lo que lo convierte en un perro de raza grande-gigante, siendo esta una de las principales diferencias con el Akita Japonés, que es más pequeño y con menos peso.

No debemos olvidarnos de la máscara negra, que aunque es un rasgo que nos dice que estamos ante un Akita, a veces la tienen y otras no. De hecho, es posible que no haya máscara, que la cabeza sea negra o que incluso tenga blaze.

Carácter

Estamos ante un perro muy territorial que tiende a hacer rondas por su casa o por la parcela, vigilando que no entre ningún extraño, con temperamento independiente y reservado.

De hecho, se dice que es una de las razas de perros que más se aproxima a la forma de comportarse de los gatos, lo que quizá tiene que ver con sus orígenes en Japón.

Protege a su familia por encima de todo, tanto de personas como de otros animales. De hecho, no se suele llevar bien con los perros, con los que se muestra bastante dominante.

Conviene socializar muy bien al cachorro desde muy joven, educándolo en positivo y recurriendo a un adiestrador si es necesario, en especial a la hora de enseñarle obediencia básica, con la idea de poder controlarlo en todas las situaciones.

Dentro de casa es muy dócil y calmado, pero en especial si hay niños habrá que tener cuidado cuando entren amigos o extraños a los que no conozca. Esto se debe a que puede atacar si percibe algún gesto que le parece una amenaza contra los suyos.

Cuando salimos al parque habrá que ser precavidos con otros machos si no los conoce y no ha mantenido una relación con ellos. Si se someten a él no provocará una pelea, pero si le hacen frente no huirá la confrontación y no es fácil separarlo cuando muerde.

Se dice que en su interior hay un león dormido que no queremos despertar, lo cual es una muy buena definición de su carácter con respecto a otros perros.

Así, como conclusión de este apartado podemos decir que no es la raza idónea para aquellos que comienzan con los perros, siendo mejor dejarla a personas ya experimentadas en el manejo de animales, en especial de los de gran tamaño.

Carácter del Akita Americano

Cuidados

Empezamos por el pelo, que es denso y bastante prominente. Esto nos obliga a cepillarlo todos los días, haciéndolo dos veces cuando está mudando, pues de lo contrario convertirá la vivienda en un mar de pelos.

Por suerte, el Akita Americano es uno de los perros más limpios que existen y se acicala con regularidad, limpiándose él mismo cuando tiene un rato de descanso como después de jugar o de comer.

De todas maneras, no debemos descuidar su higiene y por eso tiene que pasar por la bañera cada dos meses más o menos, ampliando este periodo dependiendo de si el perro vive en casa o en el jardín.

Las uñas le suelen crecer mucho, así que hay que estar atentos y cortárselas antes de que le molesten a la hora de caminar. Lo podemos hacer nosotros con una tijera específica o llevarlo al veterinario.

Con respecto al ejercicio, pese a su tamaño, el Akita es un animal muy activo. Así, al menos hay que salir a dar una caminata tres veces al día, algo que se puede complementar con otros ejercicios como correr, el Agility, la bicicleta, etc.

También les encanta jugar y eso lo mantienen de adultos. Por eso, conviene que tenga a mano varios juguetes adecuados a la fuerza de su boca, puesto que se entretiene mordiendo.

Alimentación

Como ocurre con todos los perros, debemos darle la mejor alimentación que nos podamos permitir. Eso significa dejar a un lado la comida que venden en los supermercados, optando por la que se adquiere en tiendas especializadas.

Esto es aún más importante al tratarse de una raza grande o gigante, de esas que crecen una barbaridad en los primeros meses de su vida. Durante ellos, el Akita va a necesitar nutrientes de calidad en grandes cantidades.

Así, le vamos a proporcionar una comida adaptada a cada una de las etapas de su vida, lo cual es sencillo gracias a las marcas que lo ofrecen en este momento.

Dado su tamaño y la cantidad de comida que necesita a diario, le vamos a repartir la toma en dos o tres veces, y jamás se la daremos antes o después de venir de hacer algo de ejercicio.

No podemos recomendar una marca concreta y una buena idea es consultar con el veterinario, probando cómo le sienta una marca y cambiando a otra si vemos que padece diarrea, picores, etc.

Por suerte, en el mercado hay una buena variedad y tenemos piensos monoproteicos, para perros con piel sensible, de pescado, etc. Eso sí, convendría que tuviese algún componente dedicado a cuidar de su pelo, ya que es una de sus características principales.

Si notamos que el pelo no le brilla como debería, una solución sería poner un chorro de aceite de oliva un par de veces por semana en su cuenco de comida.

Salud

El Akita es un perro muy fuerte que apenas padece enfermedades. De hecho, la mayoría de ellas se deben a su tamaño.

Salud del Akita Americano

Eccema

Esta no tiene que ver con la alzada, sino con el tipo de pelo que posee. Así, a veces podemos ver que el animal se rasca mucho y es porque tiene un eccema, que es como se llama a la inflamación de la piel o la dermatitis.

Eso sucede más en la época de muda, en la cual habrá que cepillarlo muy a menudo. Por suerte, el veterinario atajará este problema enseguida con antiinflamatorios de uso tópico, es decir, que se ponen sobre la zona afectada.

Torsión de estómago

Aquí hablamos de una enfermedad que se ve en los perros grandes y que es mortal si se tarda en ir al veterinario. Es tan grave, que incluso cuatro de cada diez perros tratados mueren.

Se debe a que el estómago se dilata por los gases. Crece tanto que los ligamentos que lo sujetan no hacen su trabajo y se da la vuelta, así que el riego sanguíneo se corta.

A la hora de prevenirla, lo mejor es no dar alimentos ni antes del paseo y tampoco nada más volver. También le aportaremos a nuestra mascota una dieta de calidad y dividida en varias raciones, haciendo lo posible con el fin de que coma sin prisa.

Displasia de cadera

De nuevo, se trata de un problema que sufren los perros de las razas más grandes y que afecta a la cadera, evitando que el animal se pueda mover con normalidad o incluso correr.

Hay varios grados y no es raro que aparezca la cojera y también el dolor, siendo una enfermedad hereditaria que se evita no criando con ejemplares que la padecen. De hecho, no es raro pedir una radiografía de los padres con el fin de comprobar que este problema no existe.

En los casos más graves hay que pasar por el quirófano para que el veterinario la corrija, mientras que los leves se solucionan con fisioterapia y algunos medicamentos como los condroprotectores.

No debemos olvidar que puede aparecer por factores ambientales. Por eso, la buena alimentación es crucial cuando el Akita es cachorro, como también lo es no hacer ejercicios bruscos hasta que cumpla el año.

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Miguel Marquez
Miguel Marquez
Veterinario especializado en razas de perros grandes y gigantes

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