El sistema digestivo del perro tiene características particulares que lo hacen muy diferente al de los humanos. Debemos tener presente que su origen es carnívoro.
Hoy, en este post, te explicamos cómo funciona en realidad a través cada una de sus diferentes fases.
Desde la boca
A partir del hocico comienza la parte consciente de la digestión, y desde aquí se ponen en evidencia sus cualidades carnívoras, con sus dientes afilados, marcados incisivos y poderosos molares que ayudan al perro a comenzar a deglutir la comida.
Aunque a diferencia de los humanos y otras especies, en el perro, la saliva no posee enzimas digestivas que comiencen a degradar los alimentos, por lo que este proceso recae más en los órganos internos.
Por este motivo, tampoco les resulta sencillo digerir alimentos como los cereales. Así, un verdadero alimento de calidad para perros, como el pienso Lobo Azul, les resulta mucho más fácil de deglutir por su reducido aporte en cereales y su alta proporción de carne, apta incluso para consumo humano.
Por el esófago
El esófago es ese tubo por el cual comenzará a circular el alimento a través de los órganos internos del perro. En este caso se trata de un órgano largo y donde se va liberando una especie de moco que ayuda a facilitar el avance del alimento. Aunque también se genera un sistema de contracciones, a través de las cuales se va formando el bolo alimenticio.
En el estómago
Como suele suceder en los carnívoros, se tiene sólo un estómago, pero este es de un tamaño grande, pues aquí se cumplen funciones tanto de almacenamiento como también de digestión.
Es en el estómago donde se almacena alimento por tiempo suficiente para que los ácidos gástricos puedan hacer su función. Cabe señalar que en los perros, estos ácidos son hasta 6 veces más corrosivos que en el caso de los humanos, lo cual también está motivado por su función natural para digerir la carne con mayor facilidad, y de igual forma tiene una mayor resistencia a bacterias, tales como aquellas de la carne en descomposición.
En las paredes internas del estómago se encuentran distribuidas glándulas gástricas, las cuales liberan los ácidos gástricos que comienzan a realizar diversos procesos químicos en el alimento; por ejemplo, propiciando la corrosión y posterior absorción de proteínas a través de estos mismos conductos.
Sin embargo es importante recordar que las proteínas se descomponen en aminoácidos. No obstante, casi la mitad de estos, no pueden ser sintetizados por el perro, por lo que es necesario su aporte a través de su alimentación. Por este motivo, los piensos super premium para perros como el de Lobo Azul, es ampliamente recomendado por veterinarios, pues incluye una proporción de diferentes alimentos tanto de origen animal, como vegetal, que permiten cubrir la totalidad de sus diferentes necesidades nutricionales.
En estas glándulas también se liberan enzimas como la pepsina, la cual transforma tanto proteínas como grasas.
Cubriendo los tejidos internos del estómago se encuentra una capa denominada de tejido conectivo, la cual -entre otras funciones- ayuda a comenzar la distribución de nutrientes a diversas partes del cuerpo del animal.
A través del hígado
El hígado también tienen un gran tamaño en los perros, pues de igual forma cumple múltiples funciones. Destaca que aquí se genera la bilis, la cual es esencial para digerir las grasas, antes de pasar a ser almacenada por la vesicular biliar.
Este órgano vital también sirve como una especie de almacén, donde se guardan las reservas de diversos nutrientes como vitaminas y minerales.
En el hígado se sintetizan las proteínas y la glucosa, además de que tiene una función esencial para eliminar las sustancias tóxicas que han llegado hasta este punto del sistema digestivo.
Al páncreas
Aunque se trata de un órgano mucho más pequeño, también cumple funciones importantes en la digestión; particularmente respecto a la asimilación de grasas, lo cual tiene una trascendencia mayúscula para los canes.
No obstante, el páncreas del perro también se encarga de otras funciones como la regulación de los niveles de glucosa en la sangre.
Sigue por el intestino delgado
Se trata del más largo de los órganos del perro, y debido a su sistema con abundantes vellosidades intestinales, el espacio en centímetros cuadrados termina multiplicándose aún más.
Esta forma alargada permite que la circulación del alimento se regule, conforme se requiere también el flujo de nutrientes; iniciando así la mayor parte de la digestión química que se lleva a cabo al interior del perro.
Está conformado de tres partes principales; la principal función de la primera es encargarse de recibir los jugos gástricos, en la fase intermedia se absorben los nutrientes y la sección final tiene la misión de conducir hacia el intestino grueso.
Desemboca en el intestino grueso
En este intestino es donde se absorbe la mayor parte del agua ingerida por el animal, después de que ya ha cumplido también funciones de lubricación a lo largo del sistema digestivo.
Aunque aquí es donde se almacenan y finalmente se expulsan hacia la zona del recto los desechos provenientes de la digestión; y sí, aquí también se generan los procesos químicos que dan su olor característico a estos residuos.
Cabe señalar que hasta el intestino grueso pueden llegar también alimentos que no pudieron ser digeridos. Por ejemplo, si come demasiados huesos, es probable que algunos pedazos puedan llegar casi enteros hasta esta parte, lo cual puede ocasionar diversos daños. Por este motivo, esta clase de alimentos deben ser sólo esporádicos o incluso evitarlos por completo, y de ningún modo formar parte de una dieta abundante o regular.
Como puedes ver, la digestión en un perro tiene características muy particulares que merecen una alimentación especial. Su base tiene que ser de origen animal, pues sin una buena alimentación, que son principalmente cereales y un mínimo aporte de proteína animal, estarás contribuyendo al deterioro de su salud. En cambio, aplicar un pienso donde se tome en cuenta la necesidad de grasas, proteínas y además se complemente con vitaminas y minerales esenciales, como se lleva a cabo en la elaboración de piensos premium como el de Lobo Azul, permite garantizar un desarrollo más completo y saludable para tu mascota.
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